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EL FALSO “BIO-PLÁSTICO” Y EL RIESGO DE CONVERTIRSE EN BASURA DISPERA.

29/06/2021

 

La inquietud que la contaminación por plásticos ha suscitado en la sociedad ha colocado a la industria ante la necesidad de ofrecer alternativas. El término bio-plástico es ambiguo y su uso no está regulado, lo que permite que las empresas lo utilicen con bastante libertad a pesar de que la mayor parte de estos productos están compuestos por plásticos convencionales.

 

Para que un plástico se considere bio-plástico de origen vegetal basta con que una parte de su composición proceda de biomasa. Puede tener incluso un 75% de origen fósil (plástico convencional). O lo que es lo mismo, mucho plástico y poco bio. Los plásticos comercializados como compostables sólo lo son en plantas industriales, no en las composteras domésticas o comunitarias ni, por supuesto, en el entorno natural. Para la elaboración de todos ellos (bio-basados, biodegradables, compostables) se añaden aditivos, por lo general de origen sintético.

 

La principal materia prima utilizada para la fabricación de plásticos de origen biológico se obtiene de cultivos que suponen la ocupación de suelo agrícola ejerciendo presiones adicionales en recursos limitados como el suelo y el agua, con implicaciones para la soberanía alimentaria, la justicia climática y la biodiversidad.  

 

La mayoría de los productos marcados como “bio-basados” son idénticos, en su comportamiento, a los plásticos tradicionales de origen fósil y no son más seguros para el medio ambiente, ya que el producto final es PE, PP, PET, etc. que no se biodegrada o descompone en ningún ambiente natural y puede contener aditivos y sustancias químicas tóxicas para la salud humana y el medio ambiente.

Las grandes compañías de productos envasados aseguran estar comprometidas con la reducción de residuos. Al mismo tiempo que se esfuerzan en transmitir una “imagen verde”, las empresas y sus asociaciones industriales ejercen presión para evitar leyes encaminadas a prohibir plásticos de un solo uso, adoptar medidas de eco-diseño, implantar medidas efectivas de responsabilidad del productor o la recogida obligatoria de plásticos y envases mediante sistemas de depósito, devolución y retorno
(SDDR), entre otras.

 

Por su especial relevancia, nos detenemos en el reciclaje. Hoy en día es necesario para volver a introducir materiales en el ciclo productivo, el problema es su utilización por las empresas como la excusa perfecta para seguir vendiendo envases y productos de un solo uso. Sin embargo, sólo una parte de los plásticos existentes son fácilmente reciclables. Además, el que un producto sea técnicamente reciclable no significa que acabe siendo reciclado. En España apenas se recicla un 30%, el resto de envases de plástico, hasta un 70%, acaban en vertederos, en incineradoras o en el medio ambiente.

 

Ninguna de las “soluciones” que está planteando la industria aborda el problema de fondo que es el propio modelo de usar y tirar. Al contrario, son falsas soluciones que contribuyen a perpetuarlo, precisamente porque transmiten la idea de que ya están tomando medidas.

 

Los compromisos voluntarios de las empresas no sirven para resolver los problemas provocados por el creciente volumen de envases de usar y tirar. Y que las alternativas que están introduciendo en el mercado son falsas soluciones que perpetúan este modelo, generan nuevos problemas sociales y ambientales y añaden dificultades técnicas a la gestión de residuos. Hacen falta medidas políticas y legislativas dirigidas a limitar la producción y el consumo de envases, en especial los de un solo uso y los superfluos, con independencia de la materia prima empleada en su fabricación.

 

Esta información se ha extraído del resumen del documento elaborado por Amigos de la Tierra y que ha sido sintetizado por punto&coma: https://www.tierra.org/wp-content/uploads/2021/06/resumen_biofakes-bioplasticos.pdf

 

Sonia Gómez.

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